El gobierno de Estados Unidos ha establecido centros de detención secretos en varios buques en alta mar, desplegados en el océano Pacífico.
El objetivo es detener el flujo de cocaína y otras drogas provenientes de Centro y Sudamérica.
Cuando estos buques capturan una embarcación que lleva droga, los traficantes son llevados a esos buques, son interrogados y retenidos allí mientras la Guardia Costera hace los trámites necesarios para trasladarlos a Estados Unidos y someterlos a juicio.
Sin embargo, este procedimiento no se realiza en pocas horas o días. A menudo puede durar semanas o meses.