Laetitia Nadji tiene su propio canal en Youtube y más de 66.000 seguidores interesados en sus consejos sobre alimentación, salud y ecología.
YouTube la seleccionó, entre otras personas, para que entrevistara a Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea.
“Creo que me eligieron para representar a la chiquilla divertida que hace preguntas ligeras”, reflexiona Nadji. El resultado fue el contrario de lo esperado. La dulce youtubera les salió rebelde.
En un vídeo en su página de Facebook, visionado ya por más de un millón de personas, ha denunciado que YouTube la presionó para evitar que preguntara temas sensibles a Juncker. Un acompañante de la joven grabó con el móvil su conversación con el empleado de la empresa, propiedad de Google.
“Hablas de los lobbies, eso es una cuestión muy difícil de responder para Juncker… No sé si quieres ponerte en contra a la Comisión Europea y a YouTube salvo que, claro, no quieras durar mucho en YouTube”, le dice el empleado de Youtube.
“Me sugirieron que le preguntara qué es la felicidad, que hablara de su móvil Nokia 3310 y de su perro Platón”, denuncia Nadji.
Nadji preparó el cuestionario con ayuda de sus seguidores en YouTube. Llegado el momento, se armó de valor y decidió ser fiel a sí misma y planteó sus preguntas a Juncker. Le inquirió por la influencia de los lobbies, el fichaje de Durão Barroso por Goldman Sachs, su papel como primer ministro del “mayor paraíso fiscal de Europa” (Luxemburgo) y cuestionó su idoneidad para liderar la lucha contra la evasión fiscal. “¿No es como poner de jefe de policía a un atracador?”, preguntó con aire ingenuo. Juncker se revolvió en el asiento en más de una ocasión pero contestó de buen grado y hasta dio algún titular.
Google la felicitó finalmente por saltarse las reglas, cuenta Laetitia Nadji, y le ha ofrecido un proyecto audiovisual de 25.000 euros que ahora mismo no desea firmar. YouTube asegura que sólo trató de ayudarla a formular sus preguntas, aunque parece más una justificación ante lo vergonzoso de la situación.
Este caso se añade a la oleada de denuncias contra la plataforma Youtube (y Google) por sus políticas de censura encubierta sobre los medios alternativos, de la que nuestro propio canal, también es víctima.