Un equipo de arqueólogos estadounidenses y hondureños, con la ayuda de ex soldados británicos del SAS, han descubierto una «ciudad perdida», abandonada hace siglos por una civilización misteriosa, protagonista de antiguas leyendas que hablaban sobre su oro y sobre los «niños mono». El descubrimiento ha sido revelado por la revista National Geographic.
La expedición estaba buscando la legendaria «Ciudad Blanca», también conocida como la «Ciudad del Dios Mono», un viejo objetivo de los exploradores occidentales desde los días de los conquistadores españoles en el siglo XVI.
La ciudad fue el hogar de un pueblo desconocido que prosperó mil años atrás, pero que luego desapareció sin dejar rastro.
A diferencia del caso de los mayas, se sabe muy poco de esta cultura precolombina, hasta el punto de que ni siquiera tiene un nombre.
Los arqueólogos examinaron y mapearon extensas plazas, movimientos de tierra, montículos, y una pirámide de tierra, así como una «notable cantidad de esculturas de piedra» que han permanecido intactas durante siglos.
El sitio se encuentra profundamente en la Mosquitia, una región vasta y escasamente habitada, repleta de pantanos, ríos y montañas.
Se especula con que el explorador Theodore Morde, un aventurero americano, pudo haber encontrado el sitio durante una expedición de 1940, pero murió sin revelar la ubicación
Los arqueólogs han mantenido la ubicación del sitio en secreto para protegerlo de los saqueos.
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